es complicado lo de los tomates secos porque no en todos los sitios los hay. yo los vi hacer una vez en jorairátar, en la alpujarra. los tomates, en temporada, se consumen. los que no, pues se fríen y conservan o se secan. el secado consiste en ponerlos partidos por la mitad con sal sobre un capazo de madera mirando al sol serrano. lo que queda es un gurruño rojo oscuro de un perfume intenso y un sabor increíblemente condensado.
lo primero es trocear los tomates secos y ponerlos a remojo en agua caliente. mientras, picamos un tomate natural en cubos pequeños, medio calabacín y 2 o 3 dientes de ajo en láminas. ponemos dos cucharadas de aceite en la sartén, añadimos el ajo y esperamos que dore. luego el calabacín y, por último, el tomate, disminuyendo entonces la potencia del fuego y dejando hacerse unos 5 minutos. luego echamos el arroz (redondo, por favor), revolvemos hasta que se quede seco toda la sartén, entonces añadimos el vaso de agua tibia que contiene los trozos de tomate seco. agregamos más agua, de forma que cubra todo el arroz y verdura. cuando se vaya consumiendo, agregamos poco a poco más agua, para no pasarnos nunca y vamos removiendo poco a poco hasta que el arroz se ablande. cuando le quede un poco, añadimos por última vez agua y apagamos la lumbre (si es vitro, si es de llama, ponemos al mínimo).
espolvoreamos perejil cuando el arroz está en su punto, removemos y servimos.
tiempo: 25 minutos.
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