algo tan sencillo como increíblemente bueno. eso sí, necesita materiales de primera calidad. o más.
lo único que hay que hacer es coger la pieza de secreto. la envolvemos con un suave masaje con aceite de oliva, romero, sal gorda y pimienta.
en una parrilla (en su defecto, nos vale una sartén antiadherente), la colocamos cuando esté caliente y lo vamos haciendo poco a poco. como siempre, digo, que cada uno le dé a la carne el punto que prefiera. sólo os pido que, por favor, no la paséis, que os perdéis un motón de matices en los sabores que tiene.
le vamos dando vueltas y dejamos que se haga poco a poco, con costrita por fuera y que se cueza por dentro. si encesitase aceite, chorreoncito al canto y problema resuelto. es preferible echarle aceite 3 veces que echarle sólo una y pasarnos en la cantidad, eh?
cuando ya creemos que está, la sacamos a una tabla, cortamos en filetitos y ponemos sobre pan tostado.
si alguien quiere, puede picarla (estilo kebab) y ponerla en finas tiras y trocitos irregulares. también podemos servirlo con un poco de salmorejo sobre el pan, con una mayonesa de ajo muy suavita, con un puré de ajos, con un pocod e cebolla caramelizada, con unos espárragos trigueros salteados, con un trocito pequeño de queso fuerte de oveja... las posibilidades, como casi siempre en cocina, son ilimitadas.
tiempo: 40 minutos. el trozo pesaba 850 gramos. en la imagen de abajo se ve la guarnición: aprovechamso las artén donde se ha hecho lac arne para saltear un poco de arroz, unos guisantes y un chorrito de salsa de soja.
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