un bocadillo de algo suele ser un algo entre pan y pan, no? pues aquí no, por eso es invertido. las funciones del pan las hace el calabacino y, por dentro va el relleno.
en una sartén antiadherente ponemos una chispillaceite y un ajo en láminas. mientras se tuesta, picamos muy finita una guindilla... o mejor media, que para estas cantidades puede que nos escaldemos la boca a base de bien con la capsicina de la guindilla. yo lo que hago es usar una sartén de buen tamaño y, en la otra parte, pongo dos rodajas de calabacino con un poco de sal gorda en cada lado.
cuando ya están los ajos, añadimos una lata de gulas y la gunidilla y dejamos que se vayan haciendo un poco. a continuación, rompemos un huevo batido sobre lo que estamos salteando y nos surgen dos opciones. la fácil, que viene a ser la pija (en la que acabaré dentro de unos años, lo sé) es poner un molde, meter las gulas con los ajillos y romper dentro el huevo; remover con un tenedor y esperar a que se haga. la otra, la más cutrecilla, la mía por ahora, es la de ir con dos cubiertos de madera (el metal nunca debe tocar una sartén, olla, cacerola o wok) dándole golpecitos al revuelto para que tome una forma más o menos redondeada.
finalmente, sobre una de las rodajas de calabacino ponemos una loncha de queso. o rallado. o de otro queso que nos guste más, lo que prefiramos, pero yo puse una loncha. se va fundiendo y entonces montamos el plato.
colocamos primero una loncha de calbacino que ya esté hecha. a continuación ponemos las gulas con el huevo y los ajitos. cubrimos con la otra, con el queso hacia arriba. decoramos con alguna gula que se nos haya caído y servimos.
es muy fácil y está bastante bueno. si tenemos gorrones a cenar, esto hecho con calabacines más pequeños puede servirse de bocadito rápido en los aperitivos y queda muy bien.
tiempo: 15 minutos.
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