martes, 26 de octubre de 2010

crêpe de rúcula, cheddar y champiñones



Para la masa del crêpe, como siempre, un vaso de leche, un vaso de harina y un par de huevos. Si queda muy espesa, más leche. Si queda líquida, más harina. Y batirlo todo. Debe quedar líquido, como un batido de chocolate. No de los de helado, sino los batidos normales, es decir, con algo en suspensión, que es la harina, pero la masa es totalmente líquida. Se puede guardar 2 o 3 días en la nevera, aunque es mejor que lo hagamos enseguida.

En una sartén antiadherente ponemos un poquito de mantequilla, la derretimos y añadimos un cucharón de la mezcla anterior. La distribuimos por toda la sartén de forma que quede lo más fina posible. Las cantidades a echar dependen de la sartén y, sobre todo, de nuestra experiencia. Ya iremos aprendiendo, porque es bien fácil y tiene una variedad impresionante.

Al ser salados, añadimos un poquito de sal fina sobre toda la superficie. Con cuidado de que no se pegue, cuando veamos que va quedando hecho, le damos la vuelta con mucho cuidado y una espátula. En cuanto se hace por el segundo lado, la sacamos, la rellenamos y a comer.

En este caso, rellena de rúcula, queso cheddar y champiñón picado muy, muy fino.

Tiempo: 10-15 minutos.

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