Para hacer esta receta me acordé de lo que hacía mi abuelo Antonio, que no lo conocí pero mucha gente me ha hablado mucho de él. En especial, mi madre y mi abuela, claro. Y ellas me dijeron que el abuelo Antonio tomaba muchas veces un postre que le encantaba: requesón casero con un poquito de agua y otro de azúcar. Y eso hice.
Vi en Galicia que lo había en muchos restaurantes de postre, así que pedí en uno, pero les dije que le quitasen la miel, que me trajesen azúcar y agua. Y efectivamente, triunfé como la pesicola. Riquísimo, claro que un altísimo porcentaje del éxito no se debe a la receta, que es simple como pocas, sino al material, que los gallegos hacen un requesón muy bueno.
Así que compré medio kilo en vilalba y me lo he ido comiendo al estilo del abuelo.
¿cómo que las cantidades? Pues las que cada uno quiera. Normalmente, una cucharada sopera de queso se equipara con otra no muy cargada, de azúcar. Y de agua, pues un vaso de chupito o cosa así. Lo suyo es que lo probéis y luego añadís más agua o más azúcar. Y sí, si os pasáis con alguno de esos dos ingredientes la única solución es añadir más queso y más del otro ingrediente. Pero se nota mucho que es para tener una ración más grande, eh? Jejeje.
Tiempo: 2 minutos para moverlo, si acaso.
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