un postrecito, no? lo malo es que es tan fácil que me estoy acostumbrando a tener un cuenco en la nevera siempre con la masa y hacerme uno o dos al día... y el plato, lo que viene a ser un plato bahjo en calorías... como que no. pero es que está tan bueno...
lo que menos me gusta de la repsotería es que suele ser una ciencia exacta. si varias las proporciones, puede que te salga un churro... bueno, en este caso un churro podría ser lo que buscamos... que puede que no te salga nada. o que te salga un churro si intentas hacer un bizcocho. en lo salado no, en lo salado se puede variar, jugar, probar... unas veces sale mejor que otras, pero todas pueden ser válidas. y este dulce es como un salado... o casi.
ponemos en un vaso de batidora 2 huevos, medio litro de leche, 1 o 2 cucharadas soperas de mantequilla, 2 o 3 cucharadas soperas de azúcar, media cucharadita de sal y batimos. vamos añadiendo harina poco a poco, hasta que veamos que empieza a espesarse la cosa.
entonces sólo queda calentar mantequilla (poco, como media cucharadita) en una sartén antiadherente, ecahr medio cucharón de la masa e ir moviéndolo para que no se pegue mucho y sea igual de finita por todos los lados.
luego los vamos sacando y los rellenamos con lo que queramos. en mi caso: uno con miel, otro con azúcar glass y canela, otro con chocolate rallado y otro con mermelada de arándanos.
tiempo: unos 10 minutos si no tenemos la masa hecha.
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