Inspirado en la pasta negra del o dezaséis, en Santiago de Compostela.
Cogemos un poco de pasta negra y la hervimos, dejándola un poco más dura que al dente. Metemos en un poco de agua tibia un par de tomates secos. Reservamos por separado.
Limpiamos bien 4 o 5 chipirones, apartamos aletas y patas. El cuerpo lo cortamos en hebras a lo largo del cuerpo del chipirón, que sean alargadas.
Salteamos lo verde de una cebolleta, el tomate picado pequeñito cuando haya absorbido agua y esté blandita la carne y 4 o 5 almejas grandes. Mientras, en un cazo con agua salada hirviendo a borbotones, escaldamos las tiras de chipirón.
Añadimos al salteado las aletas y las patas de los chipirones. Por último, añadimos la pasta cuando empiecen a abrirse algunas almejas y, cuando lo estén todas, echamos las tiras de chipirón escaldadas. Terminamos de hacerlo todo en 3 o 4 minutillos y a comer.
Unas gambillas o langostinos, en crudo, peladas y añadidas al final… no quedarían nada mal. Pero se me olvidó.
Tiempo: 35-40 minutos. El tomate, de todas formas, podemos dejarlo en remojo desde la noche anterior.
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