podríamos decir que es la típica tapa sevillana. probablemente la única típica de la ciudad, ya que la mayoría son tapas oriundas de las provincias limítrofes, una de los motivos que ha llevado a esa estúpida enemistad entre sevillanos y malagueños, gaditanos, onubenses, cordobeses o granaínos... en fin, en esta estupidez no me meto más.
el caso es que quedan muy buenas.
primero debemos cocer los garbanzos. tras dejarlos en remojo una noche entera, los ponemos en la olla exprés cubiertos de agua, con una zanahoria, una cebolla y una papa pelada. un poquito de sal, una hoja de laurel y un chorrito de aceite. cocemos unos 22 minutos, sacamos la verdura (podemos usarla, junto con el caldo, para un puré de verduras) y el laurel y escurrimos los garbanzos.
preparamos las espinacas que, en este caso, vuelven a ser del huerto de ani, lo que hace que las espinacas sean mucho más sabrosas que las espinacas de bolsa. a veces las he visto también frescas en la plaza, pero no es lo normal. las limpiamos y cortamos los tallos gruesos.
el majao, la clave del plato. una rebanada de pan frito, un par de ajos fritos, comino en grano, 3 o 4 granos de pimienta negra y pimentón picante. majamos hasta hacer una masa y reservamos.
y, con todo ya preparado, empezamos a hacer el plato. salteamos las espinacas. cuando van reduciendo (y reducirán mucho), vamos moviendo todo cada cierto tiempo. en cuanto está ya pochada, agregamos el majao y los garbanzos. revolvemos un poco más, dejamos a fuego lento para que pierdan agua y ya está listo. hay quien cuece las espinacas y las escurre mucho tiempo, incluso prensándolas, pero yo dejo que pierda líquido por evaporación sin añadirle nada para cocerlas. cualquier opción es buena.
quedan muy ricas, son sanas y ligeritas. tiempo: una media hora (cocción de los garbanzos aparte, que hay quien los usa de bote).
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