Se ponen en una bandeja de horno, se dejan unos 20 minutos por cada lado, los sacamos y los dejamos sudar en una bolsa de plástico. Cuando se enfrían, llegan lo coñazo y el verdadero motivo por el que la gente no asa pimientos en casa: hay que pelarlos y retirar las pepitas y rabos.
Una vez hecho eso, cortamos los pimientos en tiras o trozos y los colocamos en un cuenco grande. Si aliñamos con aceite y sal, ya se pueden comer y están buenísimos, pero como es una pimentada de la buena, pasamos a la versión 2.0.
Añadimos una lata de melva de las de “en aceite de oliva”, cebollino fresco y uno o dos dientes de ajo picados minúsculamente. Dejamos en la nevera 3 o 4 horas y está estupenda.
tiempo: 10 minutos de hacerlo + 45 minutos de horno + 20-50 minutos de pelar, depende de la maña de cada uno.
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