suena raro eso de una ensalda (plato ligerito por excelencia) con tocino (lo contrario, primer alimento prohibido en cualquier dieta para perder peso), pero es lo que me salió y como creo que la cocina no tiene límites (más allás de los que cada uno se ponga a sí mismo), pues nada, otra foto al canto y a colgarla.
para hacerla, primero metemos unas hojas de rúcula (también vale la endivia o cualquier otra hoja verde con un toque amargo) en un cuenco con agua y unos cubitos de hielo en la nevera.
aprovechamos el tocino de haber cocido unos garbanzos o lentejas para otra cosa (una ensalada, un hummus, falafel, dhal...). lo troceamos en cachitos pequeños y lo salteamos en una sartén antiadherente y sin nada de aceite (bastante tiene el tocino ya con lo suyo). lo hacemos a fuego fuerte durante unos 8 minutos. cuando saquemos la grasa, la ponemos sobre papel de cocina.
en esa misma cazuela, añadimos medias lunas de calabacino y dejamos que se hagan con un poquito de pimentón picante durante unos 5 minutos. luego los sacamos y los colocamos con el tocino. con la grasa que haya sobrado podemos hacer perfectamente unos huevos a la plancha. si lo hacemos con huevos de corral, será una dura lucha de sabores, por eso aquí es cuando aprovecho y no tengo más que los insípidos huevos de supermercado.
mientras se hace todo eso, picamos en cubos un pepino y una manzana. y ya no queda sino mezclarlo todo, con al rúcula bien escurrida, y aliñarlo con una mayonesa diluída con leche.
tiempo: 20 minutos.
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