viernes, 14 de enero de 2011

cebolla caramelizada


más que un plato, es una guarnición y vale para muchas carnes, tortillas, ensaladas... la imaginación le irá dando más sitios cada vez.

es muy fácil pero lento de hacer.

lo primero, evidentemente, son las cebollas. pelar como un kilo de cebollas (yo es que, cuando hago, hago para guardar). hay que cortarlas en rebanadas muy finas, lo más finas posible.

a continuación, ponemos un chorrito de aceite en una olla (más alta que ancha, si no, sería una cacerola). ponemos cebolla, un par de cucharadas soperas de azúcar, un poquito de canela molida, un chorrito de miel y unas cuantas pasas picadas en varios trocitos. luego ponemos otra capa de cebolla, azúcar, canela, miel y pasas. y, si cabe y tenemos más cebolla, pues otra tanda. añadimos un poquito de agua y dejamos a fuego medio tapada. como a la media hora, movemos todo y dejamos que siga.

cuando lleve como una hora cociendo a fuego lento, comprobamos la cantidad de líquido que tiene. si hay mucho, pues dejamos otra media hora con la olla abierta ahora y el fuego un poquito más fuerte (4 de 6 o algo así). si está bien de caldo, dejaremos entonces la olla tapada. también debemos comprobar la dulzura y, si le falta, añadimos otro poquito.

al final nos queda una cebolla que es totalmente pochada, se ha tostado y es marrón y tiene una textura, en conjunto, casi de pasta. bueno... a gusto de cada uno. si a alguien le gusta más entera, que la deje menos tiempo en la lumbre.

se puede guardar durante semanas en la nevera si lo dejamos en la parte baja (más fría) y en un recipiente cerrado. bien cerrado. está muy buena si hacemos un solomillo entero, lo fileteamos y ponemos, sobre unas tostas individuales, una rodaja de la carne, un poquito de queso rallado y otro poquito de la cebolla caramelizada. eso, por poné un poné.

tiempo: casi dos horas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario