lunes, 8 de septiembre de 2014

Hígado encebollado en frío



El hígado es una víscera y, como tal, suele frenar mucho su uso, especialmente entre gente joven. Yo, sin embargo, lo veo como algo más a usar de cuando en cuando y, en Huelva, es muy típico tomarlo en frío, tanto en picadillos, como este plato con cebolla y una guarnición de pimentada, también frío.

Recuerdo la cara de Noe la primera vez que probó el hígado encebollado. Se llevó el tenedor a la boca, puso cara como si fuese dulce o con sabor a chocolate y dijo "Es frío".

Para hacer este, compramos un hígado de ternera (me gusta maś que el de cerdo), lo fileteamos fino, salpimentamos (poca pimienta) y asamos en una plancha o parrilla con muy poquito aceite a fuego medio/fuerte. Cada poco, movemos, damos vueltas y volvemos a añadir una pizca de aceite. Finalmente, ponemos durante 12-15 segundos el fuego al máximo, presionamos las piezas contra el hierro y dejamos luego apagado, que se termine de hacer.

Sacamos y reservamos.

En esa misma parrilla, hacemos un poco (un poco, no debe perder su textura crujiente) la cebolla con algo de sal. Enseguida la sacamos y reservamos. Cuando está todo frío, rectificamos de sal, añadimos aceite, una pizca de vinagre y perejil abundantemente. A una pimentada le añadimos de la misma cebolla medio hecha.

Removemos el hígado, la cebolla, el perejil y el aliño y a la nevera. Cuando esté bien frío, ya podemos servir de tapa. O de entrante con un poquito de guarnición de pimentada con la cebolla que hemos hecho en la misma parrilla que el hígado.

Ojo que engancha.

Tiempo: unos 20 minutos más el enfriado.

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