miércoles, 12 de noviembre de 2014

Sopa de fideíllos


Es hacer un caldo, colarlo y, cuando haga frío una noche, hacemos una sopa con unos cuantos fideos.

La clave, claro está, es el caldo.

Pero, pro suerte, es fácil. Sólo tenemos que poner en una olla grande un cuarto de col, un par de puerros, una rama de apio, dos o tres papas peladas y cortadas a la mitad, un par de zanahorias bien lavadas y cortadas en rodajas gruesas, una carcasa de pollo, un hueso de jamón salado, un trozo de morcillo de ternera y, si ponemos un poco de jamón en vez de hueso, algo de costilla o espinazo salado.

Cubrimos de agua y empezamos a calentar (es importante no encender el fuego hasta que el agua cubra todo). Cuando empiece a hervir, bajamos el fuego, desgrasamos la capa de espuma que lo cubre, añadimos agua si se va perdiendo mucha y seguimos cociendo a fuego lento.

Unas dos horas.

Luego sacamos la carne: tiramos lo salado; limpiamos el jamón, el pollo y la ternera (perfecto para croquetas).

Luego sacamos la verdura: colamos el caldo, acumulamos la verdura y le añadimos algo de caldo al final. Perfecto para sopa portuguesa.

Conservamos el caldo: en botellas, se congela o en la nevera 24 horas.

Para hacer la sopa, calentamos caldo y, cuando hierva, añadimos los fideos. Cuando estén a punto, servir muy caliente con o sin un huevo crudo en el cuenco.

Tiempo: mucho. 

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