Una comida sabrosa y ligera. Se puede hacer más sabrosa, pero perdería ligereza, así que no es nuestro caso, que el peso va bajando y hay que mantener una línea más o menos regular...
Para hacer esto, sólo debemos poner, en una bandeja de horno, una chispilla de aceite y untarla por todo el fondo. No es para hacer un sofrito, es para que todo el fondo tenga una capa de aceite. una ligerísima capa de aceite.
encima colocamos papas cortadas en rodajas finas, algo más gruesas que para tortilla, que son muy finas (a mi estilo, claro). encima colocamos cebolla en rodajas, luego tomates y, por último, el pollo, que hemos untado (y masajeado) en una mezcla de aceite de oliva (muy poco, orégano y un pelín de salsa de soja).
cada capa ha sido ligeramente salpimentada, claro.
ahora lo metemos al horno, como a unos 180º, durante unos 5-6 minutos. a continuación vertemos por encima un vaso con la mitad de agua, la otra mitad de vino blanco y un poco de hierbas aromáticas, me vale romero, mejorana, tomillo, orégano, albahaca... la que más nos guste. a partir de ese momento, bajamso la temperatura a 130-140º y, cada 8-10 minutos, volvemos a echarle un vaso de líquido por encima. en el caso de que veamos que el caldo no se consume, podemos recoger con una cuchara salsera el que queda en la bandeja y reutilizarlo por encima del pollo.
si no nos interesa lo de que el plato sea ligero, podemos untarlo con mantequilla cada 8-10 minutos en vez de ese caldo (el caldo lo añadimos al fondo, no sobre el pollo, y sólo si vemos que las papas lo están absorbiendo).
en unos 40 minutos en total, está hecho. servimos el pollo, alrededor las verduras y, por último, la salsa.
si lo queremos de una forma más arreglada, podemos reservar el pollo, pasar todas las verduras por la batidora, colar por un chino y nos queda una rica salsa de verduras que se pone de fondo en un plato y, encima, la pieza de pollo.
tiempo total: menos de una hora.
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