Llevaba tiempo con ganas de comida asiática (bueno, en realidad nunca he dejado de tener ganas) y me lancé a este plato. Ni idea de si existe o no, pero me salió así.
Cocemos un poco de arroz de grano largo y lo salteamos con unos dientes de ajo laminados, un poco de pimienta de sichuán y un poco de genjibre fresco rallado. Reservamos.
La carne de cerdo la picamos en trozos (era lomo) pequeños y alargados, la dejamos macerando un par de horas en un cuenco tapado con un chorrito de aceite, un chorrito de vinagre de arroz, unas rodajas de limón, un diente de ajo majado, azúcar moreno, guindilla y un poco de tomate rallado.
Mientras macera, cortamos un poco de cebolleta (las puntas verdes las picamos en rodajitas muy finas y reservamos, el resto en trozos más grande, para saltear), un trozo de pimiento rojo y un poco de calabacín.
Salteamos en el wok el arroz. Lo colocamos en un cuenco, salteamos la verdura con un poco de sal, un poco de mirin y un poco de salsa de soja durante un par de minutos y, en seguida, añadimos la carne (sin salsa, escurrida). Removemos a fuego fuerte hasta que la carne está hecha. Entonces vertemos toda la salsa y, en cuanto esté caliente, volcamos todo sobre el arroz. Lo suyo es taparlo y que se mezclen sabores. A la hora de servir, espolvoreamos por encima la cebolleta verde picadita y a comer.
Francamente bueno. Me sorprendió.
Tiempo: unos 25 minutos (sin contar el marinado)
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