pollo, verdura variada, pasta asiática (unos tallarines de harina de trigo blando, más finos y anchos que los italianos, pero que absorben los sabores de una forma espectacular) y unas especias para dar los toques asiáticos. eso es todo lo que necesitamos.
lo primero es saltear el pollo con un chorro de salsa de soja, sal, pimienta, jengibre y un chorrito de mirin. se hace primero sólo con la sal y a fuego fuerte y luego añadimos los demás ingredientes y aflojamos un poco. si los trozos de pollo (como usé yo) es grueso (el muslo), mejor lo atravesamos con un cuchillo, que no quede crudo. no romperlo, sino atravesarlo mientras lo estemos cocinando.
mientras, hervimos la pasta (no más de 4 minutos en agua hirviendo con sal, escurrimos y reservamos) y picamos la verdura. yo elegí calabacín, tomate, zanahoria y cebolleta.
cuando el pollo está hecho, le añadimos toda la verdura y removemos. conforme se hace, agregamos también media guindilla fresca picada en aritos, sal, un poco de curry rojo (o verde, pero como llevaba verduras verdes y le añadí culantro, pues eché del rojo) pero muy poquito, eh?, cilantro picado (pero no mucho) y un poco de pimienta rosa molida en el mortero.
en cuanto la verdura empieza a pocharse, agregamos un vaso de leche de coco, llevamos a ebullición, cortamos el fuego casi al mínimo y agregamos la pasta. removemos hasta homogeneizar y servimos.
parece mucho más complicado de lo que realmente es. lo único difícil es cogerle el puntillo al pique del curry tailandés con el dulzor de la leche de coco y a los tiempos de cocción de las verduras, que me gustan más cuando quedan crujientes y poco hechas.
tiempo: no llega a la media hora.
queda muy bien con una cerveza fuertecita. en este caso, la riedenburger brauhaus, una artesanal sin filtrado y con una malta muy sabrosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario