Un plato sencillo, muy sabroso y ligerito. Para empezar, necesitamos unos pimientos asados, de esos que se hacen en temporada y se conservan envasados al vacío todo el año. Si no, pues se asan en el horno.
En un wok con un chorrito de aceite colocamos los trozos de pollo a los que añadimos sal, pimienta y un par de guindillas.
Ponemos a cocer la quinoa mientras se hace el pollo.
Añadimos al pollo, cuando se ha sellado pero aún está crudo, un par de ajos en láminas y los trozos de pimiento asado. Dejamos que se haga.
En una sartén salteamos algo de verdura: ajete, zanahoria, habichuela verde cortada al biés... y añadimos la quinoa cocida y escurrida. Le añadimos algo del caldo que han soltado los pimientos y hacemos a fuego muy vivo.
Cuando está el pollo, lo sacamos y lo servimos junto a la quinoa. Fácil.
Tiempo: 35-45 minutos, tirando por lo alto.
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